Hablemos de lo que nadie quiere hablar: vivir con incontinencia
La incontinencia no es una parte normal del envejecimiento y puede ser una condición seria. No estás solo. Millones experimentan síntomas de incontinencia urinaria. Vivir con incontinencia y no controlar la orina es un tema vergonzoso para estos pacientes. La pérdida del control de la vejiga se observa comúnmente en adultos mayores. Pero también en mujeres que han dado a luz o han pasado por la menopausia. Otras causas de incontinencia son las infecciones del tracto urinario (ITU), los trastornos del suelo pélvico y el agrandamiento de la próstata.
Si recientemente te diagnosticaron incontinencia o sospechas padecerla, nos alegra que estés aquí. Estás dando el primer paso para informarte un poco y posteriormente obtener ayuda. Muchas personas en tu situación no lo hacen. Se deprimen, viven con síntomas durante años y no buscan respuestas o ayuda profesional. Hablar de lo que les está ocurriendo, incluso con un médico, es demasiado vergonzoso.
Vivir con incontinencia afecta de diversas maneras la calidad de vida
Por qué una persona sana puede desarrollar incontinencia
El sistema urinario está formado por los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra. Cada una de estas partes hacen varios trabajos. Filtran, almacenan y eliminan los desechos del organismo. Los riñones son los filtros del cuerpo humano. Eliminan los productos de desecho de la sangre y crean la orina. Posteriormente la orina desciende a través de dos tubos delgados llamados uréteres que se conectan a la vejiga.
Es en la vejiga donde se acumulará la orina hasta que llegue el momento de abandonar el cuerpo. Nuestra vejiga es como un tanque de almacenamiento. Una vez que se llena, el cerebro envía una señal de que es hora de orinar. Luego, la orina sale de la vejiga cuando se abre el esfínter. La apertura del esfínter permite que la orina fluya libremente fuera del cuerpo a través de la uretra. QUIZÁ TE INTERESE: Enfermedad renal crónica - causas, diagnóstico y tratamiento
Creemos que es hora de hablar de vivir con incontinencia. Hablarlo ayuda. Esto puede conducir al tratamiento adecuado. Y empezar un tratamiento puede ayudar a que los pacientes recuperen sus vidas. Entonces, ¿por qué una persona puede desarrollar incontinencia?
Cuando el sistema urinario funciona bien, una persona sana tiene tiempo para llegar al baño antes de tener que orinar. Es decir, no experimenta ninguna fuga de orina. La incontinencia urinaria puede ocurrir cuando alguna de las partes del sistema no funciona como debería. Esto puede suceder por muchas razones a lo largo de la vida.
Algunos piensan erróneamente que la incontinencia es una parte normal del envejecimiento. Si bien es cierto que el riesgo de incontinencia aumenta conforme la edad aumenta, también existen tratamientos disponibles para controlar esta condición. Vivir con incontinencia no tiene por qué interrumpir tu vida, ni evitar ser una persona activa.
La incontinencia le puede pasar a cualquiera. Sin embargo, es más común en mujeres que en hombres.
Cómo se presenta la incontinencia: tipos y causas
Hay varios tipos de incontinencia. Estos tipos tienen diferentes causas, características y factores desencadenantes de las pérdida de orina. Saber el tipo de incontinencia suele ser una parte importante del plan de diagnóstico y tratamiento.
● Incontinencia de urgencia: consiste en una necesidad intensa de orinar de inmediato. A menudo, esto sucede demasiado rápido para que la persona pueda llegar al baño y termina goteando orina. Puede ser causada por una condición llamada vejiga hiperactiva que puede ocurrir por una variedad de razones.
● Incontinencia de esfuerzo: es cuando se pierde orina al realizar diferentes actividades. Esto ocurre por la debilidad muscular del piso pélvico. Lo cual significa que es más probable que se pierda orina accidentalmente, al estar en movimiento. Para muchos pacientes vivir con incontinencia de esfuerzo implica fugas en momentos cotidianos. Por ejemplo, cuando se ríen, tosen estornudan, corren, saltan o levantan cosas. Todas estas acciones ejercen presión sobre la vejiga.
Sabías que… las mujeres que han tenido un hijo a través del parto tienen mayor riesgo de tener incontinencia de esfuerzo. Al igual que los hombres que se han sometido a una cirugía de próstata pueden desarrollarla.
● Incontinencia por rebosamiento: cuando la vejiga no se vacía por completo cada vez que se orina. Pensemos en la vejiga como una jarra de agua. Si solo se vierte una parte del agua de la jarra, pero no toda, aún existe el riesgo de derrames con el movimiento. Los pacientes con incontinencia por rebosamiento nunca vacían por completo la vejiga, lo que los pone en riesgo de fugas. Este tipo de incontinencia es más común en personas con enfermedades crónicas como esclerosis múltiple o diabetes.
● Incontinencia mixta: es una combinación de varios problemas que conducen a problemas de fugas. Por ejemplo, padecer incontinencia de esfuerzo y vejiga hiperactiva se considera incontinencia mixta. Es importante identificar qué desencadena la fuga para encontrar la mejor forma de controlarla.
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Por qué hay mayor riesgo de desarrollar incontinencia a una edad mayor o siendo mujer
El cuerpo humano cambia constantemente a lo largo de la vida. A medida que envejece, los músculos que sostienen los órganos pélvicos se debilitan. Esto significa que la vejiga y la uretra tienen menos apoyo y que un adulto mayor puede desarrollar incontinencia urinaria. El riesgo aumenta si el paciente tiene una afección de salud crónica. O si ha dado a luz, pasó por la menopausia, tiene agrandamiento de la próstata o se sometió a una cirugía de cáncer de próstata. Consultar con un especialista sobre los riesgos de la incontinencia es especialmente relevante. Además de las formas en que se puede controlar sin que esto interfiera en la vida diaria.
Por otro lado, la incontinencia es mucho más frecuente en mujeres que en hombres. Gran parte de esto se debe al embarazo, el parto y la menopausia. Cada uno de estos eventos en la vida de una mujer puede provocar desarrollar y vivir con incontinencia. Los problemas de control de la vejiga en el embarazo son frecuentes, pero generalmente mejoran después del nacimiento del bebé. Algunas mujeres experimentan incontinencia después del parto debido a la tensión que se ejerce sobre los músculos del piso pélvico. Finalmente, la menopausia hace que el cuerpo experimente muchos cambios. Las hormonas, en particular, los estrógenos, cambian durante la menopausia y esto puede alterar el control de la vejiga.
La incontinencia realmente afecta la vida de millones de mujeres todos los días. Las pacientes femeninas que desarrollan incontinencia y se atienden oportunamente, transforman sus vidas y su bienestar. Es especialmente relevante que la incontinencia también puede ser un efecto secundario de ciertos medicamentos. Por ejemplo, diuréticos y antidepresivos.
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Fuentes de consulta
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